Tras el espejo me encuentro, te miro sin que puedas percatarte de que estoy allí, sentimientos extraños me invaden ahora, pero tu apagas la luz y te alejas, ya no puedo verte.

Oscuridad a mi alrededor, tú eres lo único que me ilumina, ahora eres mi luz, pero tu no te das cuenta, te giras y te marchas, ya no te veo.

Rezo a numerosos dioses que me permitan acariciar tu piel, pero cuando estoy a punto de conseguirlo, desapareces.

Paso las noches imaginando tu rostro, casi puedo sentirte, cuan glorioso debe ser tu suave roce, pero cuando la distancia que nos separa es mínima se abre un abismo entre nosotros, y de nuevo, te alejas.

Camino a tu espalda fascinado por ti, yo no soy nada comparado con quien eres tú, pero cuando me propongo alcanzarte, huyes de mi.

Escribo versos para ti, versos que jamás verán la luz, versos que nadie más que yo conocerá, versos que te susurro al odio, versos que no escuchas porque tu no estas junto a mi, te desvaneces.

He besado tantas veces el suelo que pisas que mi espalda se ha deformado mermando mi cuerpo hasta la mitad de lo que era, ahora sólo gateo tras de ti, deseando alzar alguna vez la mirada, tu nunca me has visto, y por ello cuando intento contemplarte tú ya no estas allí, y los rayos del sol queman mi rostro, tú no lo sabes, porque no estas allí.

Canto palabras hermosas, palabras sobre ti, canto ante un público inexistente, canto sólo para ti, pero tú no estas allí, se hace el silencio, vuelves a mi mente, pero pronto te marchas.

Te has abierto paso con facilidad entre el bosque de espinos que es mi alma, has llegado hasta mi corazón, lo has tenido en tus manos y lo has vuelto a depositar donde lo encontraste, una vez más desapareces.

Quiero hablarte de una palabra tan poderosa que incluso me da miedo pronunciarla, pero cuando lo intento mis labios no producen sonido alguno, y no tengo el valor para escribirla, pero se que si algún día puedo pronunciarla tú no estarás presente, te habrás ido.

Sólo espero que antes de que el sol se eclipse, que antes de que las estrellas nos nieguen su luz tú me mires, para así poder contemplarte un solo instante antes de que te conviertas de nuevo en humo.

Sólo deseo que los astros brillen por ti esta y cada una de las noches de tu vida, porque por mi no lo harán, ya que mis ojos sólo pueden contemplarte a ti.